Son jarocho debe ser visible en un contexto distinto a Veracruz

  • Miguel Ángel Fuentes Gerónimo, músico y compositor, compartió su experiencia en el aprendizaje de este género 
  • Dentro del 2° Coloquio “El son jarocho y el intercambio de saberes”, que se realiza los días 14 y 15 de diciembre 
  • Por iniciativa del CECC-UV y el Cuerpo Académico (CA) Formación e Investigación en Educación Musical, de la Facultad de Música 

Claudia Peralta Vázquez 

Fotos: César Pisil Ramos 

Xalapa, Ver.- El conocimiento colectivo acerca del son jarocho debe transformarse y hacerse visible ante los ojos de contextos distintos al estado de Veracruz, lejos de la relación y evocación inmediata de la indumentaria blanca y del folklor, expresó Miguel Ángel Fuentes Gerónimo, músico y compositor independiente, durante su participación en el 2° Coloquio “El son jarocho y el intercambio de saberes”. 

Este evento se realiza los días 14 y 15 de diciembre, de manera presencial y virtual, a iniciativa del Centro de Estudios de la Cultura y la Comunicación (CECC) de la Universidad Veracruzana (UV), del Cuerpo Académico (CA) Formación e Investigación en Educación Musical, de la Facultad de Música, y con el apoyo de la Red de Estudios de Son Jarocho. 

Luego de la inauguración del coloquio, a cargo de Rafael Figueroa Hernández, coordinador del CECC, Miguel Ángel Fuentes, quien es egresado de la Licenciatura en Comunicación y Cultura de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM), habló de “La enseñanza del son jarocho tradicional en un contexto distinto a Veracruz”. 

Ante el público asistente, por vía remota compartió sus experiencias acerca del aprendizaje de este género tradicional del estado de Veracruz que acompaña al fandango, el cual se ejecuta, se baila y se transmite de persona a persona. 

Él lo conoció en el estado de Veracruz, en los recorridos que hizo a lo largo del Sotavento, hasta llegar a la ciudad de Tlacotalpan, pues deseaba aprenderlo desde su esencia. 

Miguel Ángel ya tocaba sones, pero fue en esta región donde ejecutó el son jarocho junto con los jaraneros, y también aprendió diferentes estilos del zapateado, las entradas, salidas y descansos de la danza. 

Posteriormente, este conocimiento lo transmitió a través de los Puntos de Innovación, Libertad, Arte, Educación y Saberes (Pilares), o centros de aprendizaje implementados por el gobierno de la Ciudad de México. 

Para bailar fandango hay que escuchar los latidos de la música 

Su proyecto consistió en explicar cómo se realizaba el fandango en el Sotavento, de dónde viene, por qué surgió el son jarocho y cómo crear comunidad entre los danzantes. 

El oído es la parte fundamental dentro del zapateado, dijo, porque además de ser bailadores deben sentir, escuchar los latidos de la música y seguir el ritmo. 

“En un fandango no vamos a conocer a la persona con la que bailamos, por eso deben tener la capacidad de escuchar para bailar cualquier son.” 

El joven integrante del grupo jarocho Los Chalahuites dijo sentirse orgulloso de haber implementado este proyecto en la Ciudad de México, con el fin de cambiar un poco el pensar colectivo respecto al fandango y al son jarocho, cuyas diferenciaciones varían de acuerdo a cada región, ya sea desde Xalapa, Córdoba, Orizaba, Alvarado, Los Tuxtlas y hasta Tlacotalpan. 

“Es importante visibilizar el son jarocho, aprender a escuchar el tiempo, el ritmo, bailarlo, cantar y hacer música con los pies”, expresó. 

En la Ciudad de México sí hay fandangos, pero no es lo mismo si se compara con la esencia tlacotalpeña. Por ejemplo, se baila en distintos municipios como: Coyoacán o Álvaro Obregón, sin embargo, Miguel Ángel espera que se difunda y llegue a más zonas y espacios de la metrópoli. 

Se ha roto la relación maestro-aprendiz de la información musical 

En la inauguración del coloquio, Rafael Figueroa se refirió a las maneras tradicionales de transmisión de la información musical que funcionaban muy bien en las pequeñas ciudades o comunidades, en donde el aprendiz se entregaba al maestro. 

“Funcionaba tal y como funcionó el son jarocho que tiene varios siglos sobre la tierra.” 

En las nuevas sociedades la situación ha cambiado, pues la relación entre maestro aprendiz se ha roto y ya no es tan fácil que se den esos procesos largos de aprendizaje tradicionales. 

Por el contrario, ahora se han buscado nuevas maneras de transmitir el conocimiento, y una de ellas ha sido por medio de talleres. 

“Afortunadamente creo que vivimos un momento muy importante dentro del son jarocho, se han multiplicado las prácticas educativas y pedagógicas, se van creando técnicas y modos de enseñar.” 

Muestra de lo anterior es el desarrollo de este foro centrado en el intercambio de experiencias, “entre todos podemos hacer algo mejor y enseñarles a las nuevas generaciones un poco de lo que estamos haciendo”. 

El programa de actividades continuó con charlas sobre el son jarocho y la enseñanza de la lírica, como medio de aprendizaje sociocultural desde la psicología y la educación, y como eje de construcción social, entre otras temáticas relevantes. 

Deja un comentario